La última rosca

Como muchos saben (si eres nuevo por aquí, don’t worry) cada mes tenemos un invitado especial que nos comparte historias que valen la pena ser leídas. Naturalmente, este mes teníamos que tener la participación de las mentes maestras que hicieron posible: “La Rosca de las Partes Favoritas”, nuestros amigos de Panadería Angelly.

Sin más preámbulos, aquí va:

LA ÚLTIMA ROSCA
La rosca de reyes representa tradición, convivencia entre amigos y familia, significa reafirmar que, aunque hace apenas algunos días prometimos iniciar el año a dieta, nomás no se va a poder. Y, ¿cómo decir no a un pedacito? Aunque sea uno chiquitito. Todos nos tomamos unos minutos para partirla y degustarla. Es un momento de muy buena plática y en una de esas, hasta de un buen chismecito.
 
La verdad es que nadie se quiere perder de una buena rosca, y en el mismo rush por conseguirla, la gente es capaz de hacer cosas increíbles. De aquí una anécdota que siempre nos hace reír al recordarla:
 
En una ocasión nos quedamos sin roscas, todas se vendieron, TODAS. Y la gente seguía y seguía viniendo a la panadería (la neta estamos agradecidos con todos nuestros clientes por todo el amor que nos dan). Total, teníamos guardada la última rosca, porque la ibamos a usar para celebrar con el equipo, pero no sabíamos lo que estaba a punto de suceder.
 
Ya nos la estábamos saboreando, pero en eso, como por azar del destino, entran dos clientes con el mismo objetivo en la mira: LA ÚLTIMA ROSCA. Y con tal de hacer feliz a otro cliente, con el dolor de nuestro corazón renunciamos a esa rosquita, pero había un pequeño detallito, ¿cómo le ibamos a dar roscas a ambos, si sólo teníamos una? No sabíamos qué hacer, hubo un silencio incómodo, un momento muy awkward para todos, esos 3 segundos que parecen 3 horas, ¡¿Qué hacemos, a quién se la vendemos?!
 
Fue entonces que uno de los dos clientes tuvo un momento de iluminación, y realizó una propuesta muy salomónica, le comentó al otro cliente: “Oye compadre, ¿micha y micha?”. Nos volteamos a ver los unos a los otros, en otro momento de silencio incómodo para ver si se oponía a tal propuesta. Pero fue ahí en donde florecieron los valores que trae consigo la rosca. Ambos aceptaron, cada quién se llevó media rosca e iban felices de haber resuelto tal altercado y a la vez, de cumplir con la misión de conseguir la tan deseada rosca. ¡Hasta se abrazaron y se desearon felices fiestas!
 
Fun fact: sigue siendo un misterio el porqué decidimos darles la rosca en la misma caja, pero a uno en la tapa, y al otro en la base, en vez de darle a cada quién una caja. Supongo que el momento fue tan random y bello que no prestamos atención a ese detalle.
 
Hemos de confesar que somos muy, pero muy celosos con nuestras roscas, cuidamos meticulosamente hasta el más mínimo detalle del proceso de elaboración, y difícilmente le agregamos ingredientes fuera de lo tradicional. Pero en esta ocasión rompimos las reglas (total para eso están hechas las reglas, para romperse), y decidimos aliarnos con Montacometa, que son las rockstars de las galletas y munchies, y en conjunto creamos una muy bella y muy deliciosa rosca que bautizamos “La Rosca de las Partes Favoritas”.
Y sí, su nombre hace alusión a su contenido: lo mejor de dos mundos, por un lado el tradicional sabor de las roscas de Angelly a mantequilla y naranja, y por otro lado, unas deliciosas galletas de Montacometa con sabor a avena y cacao, con toffee y sal de mar.
 
Una combinación que nunca has probado y que te encantará.

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