Una incógnita para contar

No es un secreto que en nuestra casa las pasas nunca fueron bienvenidas.

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Las pasas en nuestra casa se consideran traición al comensal bienintencionado que cree comerá algo con trozos de chocolate...pero NO. Puede que eso explique la aversión que le tenemos a las pasas dentro de la repostería - heredada o aprendida, no importa. El punto del newsletter de hoy no es la pasa, sin embargo.

Hoy hablaremos sobre el merengue y por qué no hay lugar para él dentro de nuestro pay de limón.

El merengue ha sido, a través de los años, un betún aplaudido entre los regiomontanos. En nuestra casa nos acostumbramos, sin embargo, a betunes cremosos a base de mantequillas y lácteos, carentes del dulzor que domina el merengue. Es decir - nos empalaga... y en muchas ocasiones, nos distrae de su pan o base.

Tal es el caso de nuestro pay de limón, que aparece en Montacometa apenas se asoma el fulminante sol de Monterrey. A este pay nos hemos negado a cubrir con uno de esos merengues, y hemos optado, año con año, por dejarlo totalmente desnudo. - un mousse ligero, cremoso y acidito, sobre una tarta crujiente con notas a mantequilla y almendra. Un pay contundente, sencillo y perfecto. De esos que con una sola probada sabes que querrás pasar el resto de tus veranos a su lado, paseando tu cuchara entre sus contrastes de sabores y con ganas de que nadie ni nada te distraiga de ese momento tan inequívocamente perfecto. 

Bienvenido, pay de limón. Llevamos todo el año en tu espera. 

Ana. 

1 comentario

Se tenía que decir y se dijo ! 😂 bravoooo si ! Yo siempre terminaba quitando el merengue de encima del pay de limón 😂

Yalile 07 abril, 2024

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